El tribunal guatemalteco, encabezado por la
jueza Jazmín Barrios, sentenció a 80 años de cárcel al dictador Efraín Ríos
Montt por los delitos de genocidio y de lesa humanidad contra la
etnia ixil entre 1982 y 1983.
El dictador Ríos Montt es "sentenciado a 50
años de prisión por los delitos de genocidio en calidad de autor y 30 años por
los delitos de lesa humanidad, a ser cumplidos inmediatamente en el centro de
reclusión, el Cuartel de Matamoros", una cárcel de máxima seguridad.
Barrios dio a conocer que el próximo 17 de mayo
será realizada la audiencia para dar la sentencia definitiva de este veredicto
que podrá ser apelado posteriormente, mientras las autoridades continúan las
investigaciones correspondientes para que otras personas involucradas con la
matanza de los ixiles puedan ser condenadas.
Durante la lectura previa a la sentencia, se
ratificó que el juzgado constató a través de peritos sobre las denuncias hechas
previamente. "Hubo niños que fueron apresados y trasladados a otras
localidades (...), en unas operaciones bajo el liderazgo de José Efraín Ríos
Montt, quien estaba al tanto de todo lo que ocurría y no lo detuvo".
De acuerdo a la jueza, Ríos Montt estuvo en capacidad
de detener todas las operaciones "y no las detuvo, a pesar de tener todo
el poder para hacerlo por ser la máxima autoridad militar" como un jefe de
Estado de facto.
El exjefe de Inteligencia de Ríos Montt, José
Rodríguez Sánchez, fue absuelto de acuerdo a la sentencia emitida por el
Tribunal, basada por los artículos 13 y 14 de la Constitución Penal de la
República de Guatemala.
La audiencia fue realizada en la Corte Suprema de
Justicia de Guatemala donde al menos 600 personas se presentaron para escuchar
la decisión tomada en el caso que estuvo siendo debatido por la justicia por al
menos dos meses.
Pedido de culpabilidad
La Fiscalía y los querellantes pidieron al tribunal
declarar a los militares culpables de los delitos de genocidio y deberes contra
la humanidad, con penas de 75 años de prisión, por la muerte de mil 771
indígenas ixiles a manos del Ejército.
Tanto Ríos Montt, de 86 años, como Rodríguez, de
67, se declararon inocentes de los cargos, y sus abogados pidieron la
absolución del tribunal, aduciendo que durante el juicio no se logró demostrar
su responsabilidad.
Ríos Montt hizo el jueves su declaración final, su
única intervención a lo largo del proceso que inició sus audiencias públicas el
pasado 19 de marzo, después de 13 años de esfuerzos legales de la parte
querellante, los sobrevivientes de la región ixil, representados por la
Asociación de Justicia para la Reconciliación (AJR), y el Centro de Acción
Legal para los Derechos Humanos (CADDH).
“En 1982 la subversión estaba en el parque Central
lista para tomar el poder. Y el ejército tenía cansancio de guerra. Me llamaron
(para encabezar un golpe de Estado) y yo acepté, porque había que salir (de) la
situación empantanada que vivíamos. Como jefe de Estado el gran compromiso ante
la oficialidad joven que dio el golpe de Estado fue trabajar en democracia, con
ley”, explicó.